El LABTER, CORAZÓN DEL CURSO SUS-TER
En el diseño del proyecto SUS-TER se planteó que un rasgo esencial de la metodología del curso sería el LABTER, en una lógica de aprendizaje territorial intercultural. Se ha dicho “el aula va al campo”; luego de los cursos SUS-TER se puede afirmar que “el territorio es el aula”. Ahora bien, ¿saben qué es un Laboratorio Territorial (LABTER)? Son cuatro los principios básicos que lo animan:
1. Un trabajo integrado, de base territorial y práctica, entre maestros/as locales, docentes y estudiantes. Privilegia el saber-hacer de los territorios, la valorización del conocimiento y las experiencias tradicionales, pero también iniciativas locales innovadoras.
2. Permite visibilizar el territorio y sus actores, a partir de una masa crítica de procesos y experiencias en curso, con trayectoria y una cierta maduración (resultados visibles).
3. Promueve el desarrollo de la creatividad y la empatía grupal al impulsar– a través de un diálogo horizontal entre actores diversos (representantes del territorio, organizaciones locales, instituciones de educación y formación, empresas, entidades públicas) y poblaciones diferenciadas (mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, afrodescendientes, productores de escalas distintas…) – un conjunto de actividades prácticas y reflexivas,
articuladas entre sí.
4. Estimula procesos internos de cambios en estudiantes y docentes porque, aunque no sean actores del territorio, una experiencia como el LABTER suele estimular nuevas formas de pensar y actuar, convirtiéndolos en agentes de cambio en su propio entorno.
Antes de la pandemia el LABTER fue pensado con las siguientes características, moduladas en la lógica SUS-TER2:
• Presencial 15 días, con docentes y estudiantes provenientes de 5 países.
• Anclado en un territorio con casos y maestros distintos, seleccionados a través de un set de criterios coherentes.
• Con un conjunto de actividades y herramientas que privilegiaban el interaprendizaje sin mediaciones, y una experiencia vivencial prolongada.
• Con una sistematización que implicaba una co-construcción de nuevas ideas/propuestas con actores territoriales representativos.
La pandemia COVID, por supuesto, nos obligó a repensar la presencialidad y a ser muy creativos a la hora de poner en escena un LABTER virtual. De esta manera se lograron dos “modalidades” correspondientes a los dos cursos SUS-TER Internacionales:
• El primer LABTER se ancló al Paisaje Cultural Cafetero de Colombia (PCCC). Como fue virtual para todos los estudiantes del primer curso, se presentaron grabaciones de testimonios, entrevistas y visitas a parcelas, fincas, familias y pueblos; videos de fiestas, festivales y conciertos; foros públicos pre-grabados, entre otros recursos preparados previamente con mucho cuidado.
• El segundo fue modular en el sentido que, simultáneamente, se desarrollaron tres LABTER en tres distintos territorios, confluyendo grupos de estudiantes en: (i) la zona nororiental del Estado de Puebla y zona occidental del Estado de Veracruz (LABTER Cuetzalan), en México; (ii) el Magdalena Caldense (LABTER Caldas) en Colombia; y (iii) el Río Quindío (LABTER Quindío), también en Colombia. La modalidad fue similar a la diseñada para el primer LABTER, o sea primó la virtualidad con recursos preparados ad hoc para cada laboratorio, aunque en el caso caldense hubo algunos de los estudiantes del departamento que se movilizaron de manera presencial mientras los demás se conectaban vía internet.
Al finalizar SUS-TER se cuenta entonces con un diseño original de LABTER completamente presencial y otras dos alternativas, una en modalidad mixta y otra solo virtual, recaudando un conjunto de lecciones aprendidas, entre otras, en términos de: (i) la selección de territorios y casos; (ii) la articulación más estrecha con los otros módulos del curso y con los proyectos de grado de los/as estudiantes; (iii) la inclusión estratégica de manifestaciones culturales consustanciales a la temática biocultural; (iv) el tiempo necesario para sistematizar lo aprendido en el territorio e instalar diálogos fértiles con los actores territoriales, entre otros aspectos.
Sin embargo, la principal lección aprendida, basada también en la evaluación y recomendación de los/as estudiantes, es que es aconsejable, en el futuro, que el LABTER pueda mantener su esencia de aprendizaje en el territorio, sin intermediaciones, buscando una comprensión empática de lo que ocurre en la realidad y retando a los actores territoriales, estudiantes y docentes para su transformación. Un LABTER consustancial a una
Comunidad de Aprendizaje caracterizada por la horizontalidad en las relaciones y en la capacidad de contribuir a formular e implementar propuestas de desarrollo y estrategias incluyentes, con puntales de sostenibilidad
social, económica, ambiental y política.