Iniciativas para la conservación de la Agrobiodiversidad en el Perú

By suster_admin,

Durante los últimos años la agricultura contemporánea ha sido criticada por su escala industrial; por sus efectos adversos en la nutrición, empleo rural y medio ambiente; y por su desconexión con la naturaleza y cultura. Sin embargo, aún existen sistemas agrícolas tradicionales de pequeña escala que han sobrevivido el paso del tiempo y pueden proporcionarnos soluciones sostenibles que contribuyan a la seguridad alimentaria, conservación de la agrobiodiversidad, y a la resiliencia frente al cambio climático. Reconocer, valorar y salvaguardar estos sistemas agrícolas tradicionales se torna aún más importante en el contexto del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028).

 

Con el objetivo de conservar estos sistemas agrícolas tradicionales de importancia global, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó, hace 18 años, el programa “Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial” (SIPAM), en el marco de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible realizada el 2002 en Johannesburgo, Sudáfrica. Los SIPAM son definidos como “sistemas de uso de la tierra y paisajes ricos en diversidad biológica que han evolucionado desde la co-adaptación de una comunidad con su ambiente y sus necesidades y sus aspiraciones para un desarrollo sostenible” (FAO, 2002). Este programa busca responder a dos desafíos globales que socavan la agricultura familiar y los sistemas agrícolas tradicionales. Por un lado, la falta de reconocimiento de los sistemas agrícolas que han sostenido altos niveles de agrobiodiversidad por cientos, y en algunos casos miles de años. Por otro lado, la ausencia de oportunidades e incentivos para que la juventud rural pueda optar por planes de vida que contribuyan a la conservación y valorización de su patrimonio agrícola. Actualmente, existen 53 Sitios SIPAM[i] ubicados en 22 países del mundo[ii], tres de ellos en Sudamérica (Brasil, Chile y Perú).

 

Agroecosistemas en las montañas, cultivos de maíz y choquecancha.
Fuente: FAO/Alipio Canah

El Perú formó parte del primer proyecto global para implementar el enfoque SIPAM, junto con Argelia, Chile, China, Filipinas y Túnez, cofinanciado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el cual se implementó del 2008 al 2014. A  nivel global, uno de los resultados del proyecto fue la declaración de los primeros siete Sitios SIPAM en el 2011[iii], dentro de los cuáles se declaró “El sistema Agrícola Andino del corredor Puno-Cusco, Perú”.

 

El sistema agrícola declarado en Perú abarca aproximadamente 350 kilómetros, se extiende desde el área meridional de los Andes peruanos incluyendo Machu Picchu (2430 msnm) y toda la cuenca del río Vilcanota (4300 msnm), cruzando la parte septentrional del altiplano peruano y alcanzando el lago Titicaca (3800 msnm). Este sistema se ha mantenido gracias a la resiliencia de más de 300 comunidades que han domesticado un conjunto de cultivos y animales a través de sus conocimientos tradicionales. Ahora bien, cabe preguntarse qué acciones se han realizado en el Perú, a partir de la declaratoria del Sistema Agrícola Andino como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial, en relación a la identificación, registro, salvaguarda, y gestión de estos sistemas, para su sostenibilidad y mejora de la calidad de vida de las comunidades que los integran.

 

Agricultores rehabilitando los Sukaqollos. Fuente: FAO/Alipio Canahua

A nivel nacional, el objetivo del proyecto global SIPAM fue incorporar el concepto SIPAM en los planes y políticas de Estado a nivel sectorial e intersectorial. Un gran avance a nivel sectorial fue la promulgación del Decreto Supremo N° 020-2016-MINAGRI que aprueba el reglamento para el reconocimiento de las llamadas Zonas de Agrobiodiversidad (ZAB) definidas según el decreto como “espacios geográficos determinados en virtud a su riqueza en agrobiodiversidad nativa, cultural y ecológica, en los cuales los pueblos indígenas, mediante sus tradiciones culturales y en confluencia con elementos biológicos, ambientales y socio económicos, desarrollan, gestionan y conservan los recursos genéticos de la agrobiodiversidad nativa en sus campos y en los ecosistemas contiguos” (DS N°020, 2016). Las ZAB reciben el reconocimiento del Ministerio de Agricultura y Riego del Perú (MINAGRI), tras la evaluación favorable por parte del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA).

 

El objetivo principal de la declaración de las ZAB es contribuir a mejorar las condiciones de vida de los pueblos indígenas, fortaleciendo y consolidando la conservación y usos sostenible y gestión local de la agrobiodiversidad nativa. Se busca además que a través de este reconocimiento las comunidades que integran las ZAB puedan recibir una retribución por brindar diversos servicios ecosistémicos en el marco de la Ley N°30215. Hasta la fecha, desde la promulgación del decreto en el 2016, se han declarado dos ZAB. El primer reconocimiento fue otorgado a la ZAB “Andenes de Cuyocuyo”, ubicada en la provincia de Sandia, departamento de Puno, en octubre del 2019, bajo la resolución 0324-2019-MINAGRI, esta ZAB involucra a seis comunidades campesinas. El segundo reconocimiento fue otorgado a la ZAB “Parque de la Papa”, ubicada en el distrito de Pisac, provincia de Calca, departamento de Cusco, en marzo del 2020, bajo la resolución 0081-2020-MINAGRI, esta ZAB involucra a cuatro comunidades campesinas.

 


Cultivos de Quinua. Fuente: FAO/Alipio Canahua

Poco se ha avanzado con estrategias que actúen directamente en el territorio y esbocen un modelo de gestión post-declaratorias SIPAM y ZAB. Sin embargo, desde el 2019 se inició la ejecución del proyecto “Gestión sostenible de la agrobiodiversidad y recuperación de ecosistemas vulnerables en la región Andina del Perú a través del Enfoque SIPAM” cofinanciado nuevamente por el GEF, y ejecutado por la Oficina FAO Lima, el Ministerio del Ambiente (MINAM) y el MINAGRI. Este proyecto está trabajando en las localidades de Acora (Puno), Huayana (Andahuaylas), Lares (Cusco), Laria (Huancavelica) y Atiquipa (Arequipa) con el objetivo de conservar de manera sostenible la Agrobiodiversidad de Importancia Global (ABD) de estas localidades, así como mejorar las condiciones de vida de sus habitantes utilizando como base el enfoque SIPAM y el marco legal de las ZAB. El proyecto opera a través de tres principales componentes: 1) fortalecimiento de las capacidades de los agricultores para la gestión y conservación de la ABD, 2) articulación y promoción de mercados para los cultivos y productos de las ABD, y 3) fortalecimiento de las capacidades institucionales y conciencia pública para apoyar el modelo propuesto de conservación de la ABD.

 

En este contexto es importante destacar experiencias que puedan ayudar a aterrizar las estrategias del proyecto e incrementar sus resultados. China fue uno de los países pilotos del proyecto global SIPAM, a la fecha en relación con la identificación de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Nacional (SIPAN), en la lógica de lo que en Perú se ha denominado ZAB, China ha declarado 91 sitios SIPAN. Estos sitios identificados han servido de base para identificar, postular y tener la declaratoria de 15 Sitios SIPAM. Por ello, es necesario implementar un sistema de registro nacional dónde se puedan articular todas las ZAB y poder definir cuáles podrían ser postuladas, dada su importancia global, como Sitios SIPAM. Perú inició junto con China la implementación de este enfoque y a la fecha solo tenemos un Sitio SIPAM y dos ZAB.


Reconocimiento de los Andenes de Cuyocuyo como Zona de Agrobiodiversidad.
Fuente: INIA

Para la sostenibilidad de estos sistemas es esencial no solo el reconocimiento global y nacional de su importancia sino también otorgarle un valor agregado a los productos originados dentro de este sistema que reflejen la identidad cultural de las comunidades que lo integran, y que través de un comercio justo mejore sus condiciones de vida. En ese sentido, es relevante mirar la experiencia del sitio SIPAM Chiloé que bajo un enfoque agroecológico y de desarrollo territorial rural con identidad cultural, no solo se creó una marca de comercialización, sino que esta fue producto de un proceso de construcción social y gobernanza que puso en el centro de la estrategia de desarrollo la identidad cultural de la comunidad de Chiloé. La marca creada, “SIPAM Chiloé”, ha permitido, entre otros, construir lazos de confianza basados en el respeto entre actores públicos, privados y sociales; así como, la comercialización de los productos a un precio justo y en nuevos mercados.

 

Por último, los reconocimientos de los sitios SIPAM y de las ZAB no serán sostenibles si no vienen acompañados de un plan de conservación dinámica que integre iniciativas de desarrollo (a nivel intersectorial y en distintos niveles de gobierno) y reconozca el rol central de las comunidades que han manejado históricamente estos sistemas. Se podría empezar identificando, fortaleciendo y/o articulando procesos ya existentes, que reconozcan en su estrategia de desarrollo la importancia de la articulación entre la agricultura familiar, el patrimonio biocultural y el desarrollo territorial. En este sentido, es importante no perder de vista la importancia del intercambio a nivel global, sería interesante pensar en una red de Sitios SIPAM, e iniciativas que operan bajo ese enfoque, a nivel regional (Latinoamérica), actualmente Chile, Perú y Brasil cuentan con estas declaratorias, pero también existen procesos en Ecuador y en Bolivia que incluyen elementos de este enfoque.

 

REFERENCIAS
  • FAO (2018). Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial. La biodiversidad agrícola y los ecosistemas resilientes, prácticas agrícolas tradicionales e identidad cultural.
  • Koohafkan, P. and Altiere, M. (2017). Forgotten Agricultural Heritage: Reconnecting food systems and sustainable development.
  • FAO (2016). GIAHS Information package.
  • GEF (2007). Project Executive Summary. Conservation and Adaptive Management of Globally Important Agricultural Heritage Systems (GIAHS).
  • MINAGRI (2016). Supremo Zonas de Agrobiodiversidad.
  • MINAGRI (2019). Reconocimiento ZAB “Andenes de Cuyocuyo”.
  • MINAGRI (2020). Reconocimiento ZAB “Parque de la Papa”.
  • GEF (2018). Project Document PAD 2. Sustainable Management of Agro-Biodiversity and Vulnerable Ecosystems Recuperation in Peruvian Andean Regions Through Globally Important Agricultural Heritage Systems (GIAHS) Approach.
  • Min and Zhang (2019). Research Progress in the Conservation and Development of China-Nationally Important Agricultural Heritage Systems (China-NIAHS). Sustainability.
  • Venegas, C., 2011 “Chiloé patrimonial, referente de desarrollo territorial con identidad cultural”. Proyecto Desarrollo Territorial Rural con Identidad Cultural (DTR-IC). Rimisp, Santiago, Chile.
 
[i] Lista de los  SIPAM http://www.fao.org/giahs/giahsaroundtheworld/es/
[ii] Para que un sistema puede ser designado SIPAM es necesario que cumpla cinco criterios de selección que determinan su “Importancia Global”: 1) ser sistemas agrícolas que contribuyen a la seguridad alimentaria y a los medios de subsistencia, 2) tener una agrobiodiversidad rica y única, 3) emplear conocimientos y tecnologías tradicionales, 4) contar con valores culturales y formas colecticas de organización social para la gestión de los recursos y transferencia del conocimiento, y 5) poseer paisajes terrestres y/o marinos que surgen de la co-adaptación de las comunidades con su medio ambiente. Por ello, es importante entender que los SIPAM incluyen también al patrimonio natural y al patrimonio cultural tangible e intangible por lo que estamos frente a un patrimonio complejo, vivo, adaptativo y multifuncional.
[iii] Los siete sistemas declarados fueron: 1. El sistema agrícola de Chilóe, Chile; 2. El sistema agrícola andino, Perú; 3. Las terrazas de arroz de Ifugao, Filipinas; 4. El cultivo de arroz-peces, China; 5. Cultivo tradicional de arroz de Wannian, China; 6. Las terrazas de arroz de Hani, China y; 7. Los oasis del Magreb, Argelia y Túnez.
 

Jeanette Moreno, Perú.

Jeanette es Master en “Patrimonio Mundial y Proyectos Culturales para el Desarrollo” por la Universitat de Barcelona.Licenciada en Ciencias Sociales con mención en Sociología
por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Bajo un enfoque de desarrollo territorial sostenible diseña, implementa y evalúa proyectos de gestión y salvaguarda del patrimonio
cultural y natural. Fue especialista en gestión de proyectos del Sector Cultura de la Oficina UNESCO Lima. Se desempeñó también como consultora para el Ministerio de Educación y para el Ministerio de Cultura del Perú en la implementación de proyectos de desarrollo territorial rural con identidad cultural.


Actualmente, es estudiante del Master Internacional en “Sistemas de Patrimonio Agrícola” de la Universidad de Florencia. Su proyecto de tesis tiene que ver con la identificación de estrategias de registro y conservación dinámica de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).